Monday, February 27, 2006

Mis restos viajeros

Como a mí me gustaba tanto el mar y viajar, al morir seguí viajando sin saberlo ya. Mis restos cambiaron mucho de lugar, y hasta los momentos no se sabe en qué sitio se encuentran. Algunos historiadores han tratado de trazar la ruta de a dónde viajó mi esqueleto y éstas son algunas cosas que dicen.
Primero mis restos estuvieron en Valladolid, donde morí, pero mi hijo Diego decidió que fueran llevados a Sevilla. Luego de enviarlos a esa ciudad de España, en el año 1537, fueron trasladados a la isla de La Española y enterrados en la Catedral de Santo Domingo. En 1586, la ciudad fue saqueada, y el obispo decidió borrar los nombres de las lápidas de las tumbas para evitar la profanación de los sepulcros. Muchos años después, en 1795, la isla fue cedida a Francia, y se comenzaron a evacuar objetos a la isla de Cuba, entre los cuales había una supuesta caja que contenía mi osamenta, la cual fue sepultada en la Catedral de la Habana.
Sin embargo en 1877, durante unas obras en la catedral de Santo Domingo, apareció otra caja con mi nombre, donde también supuestamente estaban mis restos. Exactamente encontraron 13 fragmentos largos de hueso y 28 más pequeños. Estos restos están enterrados ahora en una cripta, en un monumento llamando "el Faro a Colón" en la capital de la República Dominicana.
Pero eso no fue todo. En 1898, los huesos que estaban en Cuba fueron trasladados nuevamente a Sevilla.
Así que soy un misterio porque tanto España como República Dominicana dicen que soy su huésped. Mis restos son como un mundo por descubrir. Pasé de ser el descubridor a ser el descubierto.

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